miércoles, 29 de agosto de 2012

Comienza un nuevo curso de la Escuela Municipal de Teatro Pilar Rey

Comienza un nuevo curso en la Escuela Municipal de Teatro Pilar Rey ysu director, Carlos de León, nos invita a todas las personas que quieran adentrarse en el mundo de la interpretación a que se acerquen a sus clases. Las matrículas permanecen abiertas durante el mes de septiembre, pero es importante realizar la inscripción cuanto antes para poder organizar los grupos. La Escuela imparte sus enseñanza para niños a partir de seis años (o que cumplan esa edad a lo largo del curso), jóvenes y adultos.

Las clases comenzarán el día 10 de septiembre y dependiendo del grupo al que se pertenezca variarán los días y las horas.

* Los grupos de niños, tendrán clases dos días a la semana de una hora de duración cada una.

* Los grupos avanzados infantiles tendrán clases dos días a la semana de una hora y media de duración cada una.

* Los adolescentes y los adultos tendrán clases dos días a la semana de dos horas de duración cada una y ensayos especiales para grupos avanzados y montaje de espectáculos.

Dependiendo del número de matrículas nuevas, se organizarán grupos de iniciación de todas las edades. Para cualquier información, pueden ponerse en contacto con la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma en el teléfono 922420572 o con el director de la Escuela personalmente en la dirección de correo electrónico: carlos_deleongarcia@yahoo.es

No dejes pasar esta oportunidad y apúntate al teatro.

sábado, 25 de agosto de 2012

Un fragmento de "Áyax" de Sófocles

Dentro de nuestra sección Si no puedes verlo puedes leerlo, fijamos nuestra vista en el Festival Internacional Internacional de Teatro Clásico de Mérida, que este fin de semana cierra su 58 edición con la puesta en escena de Áyax de Sófocles, en versión de Miguel Murillo  y dirigida por el irlandés afincado en España, Denis Rafter, al frente de la compañía Teatro del Noctámbulo, con José Vicente Moirón (Áyax), Fernando Ramos (Ulises), Isabel Sánchez (Atenea) y Elena Sánchez (Tecmesa) encabezando el reparto. En la Biblioteca podrás encontrar ésta y el resto de las obras conservadas de Sófocles en la versión de Manuel Fernádez-Galiano para la editorial Planeta.  
La tragedia narra un episodio quizá no demasiado conocido de la guerra de Troya. Áyax, rey de Salamina, es despojado del trofeo de las armas de Aquiles a causa de las maniobras de Ulises. En su desesperación y movido por la ira, Áyax ataca a los suyos con la intención de matar a Agamenón, Menelao y Ulises. La diosa Atenea se interpone y consigue confundirle para que sus ataques se dirijan hacia el ganado que constituye el botín de guerra griego. Ante las murallas de Troya, Áyax es consciente de la gran humillación a la que ha sido sometido y se hunde en un abatimiento que le conduce al suicidio. Los átridas deciden prohibir su enterramiento pero Ulises, el que fuera su enemigo irreconciliable, intercede por Áyax y logra que en su última hora reciba los honores que corresponden al soldado heroico. El siguiente fragmento corresponde al principio de la tragedia, cuando Atenea y Ulises se encuentran en el exterior de la tienda de Áyax.
 
Atenea. ¡Eh, tú, que atas a la espalda los brazos de los prisioneros! Sal, yo te llamo, Áyax, yo te hablo; ven delante de la puerta.
Ulises. ¿Qué haces, Atenea? No, no le llames aquí.
Atenea. Calla y recíbele. ¿Quieres alcanzar reputación de cobarde?
Ulises. No, por los dioses; pero es suficiente que permanezca dentro.
Atenea. Pero, ¿qué temes? ¿Antes no era un hombre?
Ulises. Y enemigo mío, por cierto, y especialmente ahora.  
Atenea. Y ¿qué placer más agradable que reírse de los enemigos?
Ulises. A mí me basta que ese hombre se quede en la tienda.
Atenea. ¿Te da miedo encararte con un hombre enloquecido?
Ulises. Si estuviera en sus cabales no le temería.
Atenea. Pero ahora, aun cuando esté junto a él, no te verá.
Ulises. ¿Cómo, si ve con los mismos ojos?
Atenea. Yo oscureceré sus ojos, aun cuando su vista es aguda.
Ulises. En verdad, todo es posible cuando un dios lo maquina.
Atenea. Silencio, quédate de pie, así, como estás.
Ulises. Me quedo, pero más quisiera estar en otro lugar.
Atenea. ¡Eh, tú, Áyax! Es la segunda vez que te llamo. ¿Tan poco caso haces a tu aliada?
(Áyax sale de la tienda con un látigo ensangrentado.)
Áyax. ¡Salud, Atenea, salud, hija de Zeus! ¡Qué bien me has asistido! Te coronaré de áureos trofeos, en agradecimiento de esta caza.   
Atenea. Bien has hablado. Pero, dime, ¿quedó tu espada bien bañada en la sangre del ejército argivo?
Áyax. Puedo jactarme de ello. No lo negaré.
Atenea. ¿Llegó tu mano a herir incluso a los Átridas?
Áyax. De tal manera que, lo sé, nunca más ultrajarán a Áyax.
Atenea. Así pues, están muertos, si comprendo tus palabras.
Áyax. Muertos están ¡y que vengan ahora a quitarme las armas!
Atenea. Bien. Pero ¿Qué me dices del hijo de Laertes? ¿Cuál ha sido su suerte? ¿O tal vez se te escapó? 
Áyax. ¿Me preguntas dónde está aquel ladino zorro?
Atenea. Sí, te hablo de Ulises, del que era tu adversario.
Áyax. Es mi más dulce presa, señora; dentro está; no quiero que muera todavía.
Atenea. ¿Qué piensas hacer antes? ¿Qué ganarás con ello?
Áyax. Antes de que atado a la columna de mi recinto…
Atenea. ¿Qué daño le vas a hacer todavía al desgraciado?

Áyax. …ensangrentadas sus espaldas muera a latigazos.
Atenea. ¡Oh! No maltrates así a ese desgraciado.
Áyax. En todo lo demás, Atenea, concedo que se cumplan tus deseos; pero ése será su castigo, y no otro.
Atenea. Entonces, si tu gusto está en obrar así, maneja tu mano y no ahorres nada de lo que tienes pensado.
Áyax. Voy a la obra. Sólo eso te pido, que siempre seas mi aliada como ahora.
(Áyax entra en la tienda.)
Atenea. ¿Ves, Ulises, qué grande es la fuerza de los dioses? ¿A quién se habría podido encontrar más sagaz que este hombre o más oportuno en el momento de obrar?
Ulises. A nadie, que yo sepa. Con todo, me da pena, desgraciado, aunque sea mi enemigo, cuando le veo uncido a un cruel destino. Y no pienso más en éste que en mí, pues veo que todos cuantos vivimos no somos más que figuras o sombras vanas.
Atenea. Así pues, al ver estas cosas, no digas tú jamás palabra alguna arrogante contra los dioses, ni te cargues de orgullo si prevaleces sobre otro por el peso de tu mano o por la numerosa abundancia de riquezas. Un solo día abate y levanta de nuevo todas las cosas humanas. Los dioses aman a los sensatos y odian a los malvados.

Sófocles: Áyax
58 Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida
Hasta el 26 de agosto de 2012

martes, 7 de agosto de 2012

Nos ha visitado... Rafael Rodríguez

El director de escena grancanario, Rafael Rodríguez, ha estado unos días de vacaciones en La Palma y no ha querido dejar pasar la oportunidad de acercarse a conocer nuestra Biblioteca. Para nosotros ha supuesto un enorme placer recibir a uno de los principales directores de teatro en el Archipiélago, quien ha convetido a su compañía, 2RC Teatro, en una de las más aclamadas dentro y fuera de Canarias. Especialmente apreciadas han sido sus propuestas en torno al teatro clásico. Su último montaje, Abre el ojo, de Rojas Zorrilla, ha pasado con éxito por los festivales de Olmedo y Almagro, y anteriormente dirigió nada menos que a la Compañía Nacional de Teatro Clásico con un título de Lope de Vega hasta entonces semi olvidado: ¿De cuándo acá nos vino?, que obtuvo un extraordinario éxito de crítica y de público. Pero Rodríguez no es un director centrado en exclusiva en el teatro clásico, como él mismo se encarga de recordar, y ha dedicado buena parte de sus esfuerzos al teatro contemporáneo español y especialmente a potenciar la dramaturgia canaria a través del interesantísimo proyecto Canarias Escribe Teatro, que está cosechando muy buenos resultados.


Rafael Rodríguez ha elogiado el importante papel de la Biblioteca de Teatro Antonio Abdo y nos ha invitado a potenciar nuestro papel como Centro de Documentación del teatro en Canarias, para lo que ha ofrecido la colaboración de su compañía. Además ha donado a la Biblioteca un importante número de libros y revistas que agradecemos profundamente y de las que daremos cuenta en una próxima entrada en este blog. Sí adelantamos la dedicatoria que nos ha dejado precisamente en un ejemplar de ¿De cuándo acá nos vino?: "Con todo el cariño, afecto y respeto a las gentes de teatro de La Palma. Por los buenos recuerdos y para que podamos seguir el camino de las artes escénicas por muchísimos años. Para que la Biblioteca de Teatro de Santa Cruz de La Palma crezca y se convierta en una herramienta imprescindible".

lunes, 6 de agosto de 2012

El Club de Lectura no se toma vacaciones



Nuestros amigos del Club de Lectura no se toman vacaciones y se reunirán este miércoles, día 8, a las 20.00 horas, para dialogar en torno al cuento Un artista del hambre, de Franz Kafka, cuya presentación correrá a cargo de Belén Lorenzo. Como saben, las sesiones del Club son abiertas a cualquier amante de la literatura. Y aquí están las conclusiones del anterior encuentro, escritas por Jorge Plaja:

La soledad del corredor de fondo.
Alan Sillitoe

Este es el título de la novela que comentamos en nuestra última tertulia. Una nueva oportunidad para replantearnos qué es el realismo; tema al que volvemos una y otra vez en nuestras lecturas. Hay quien piensa que toda obra literaria es un intento de copiar la realidad, que lo que realmente cambia es cómo cada escritor copia esa realidad única. Desde que empezamos nuestras tertulias, hemos visto ya unos cuantos ejemplos de diferentes formas de realismo. Desde el que propiamente se llama así, el de La dama del perrito, de Anton Chéjov; pasando por el realismo mágico de Continuidad de los parques, de Julio Cortázar; el realismo mínimo, de Ernest Hemingway; el sucio, de Carver; hasta llegar hoy al realismo social de La soledad del corredor de fondo.
La aproximación literaria a la realidad es problemática. Al escritor no le cuesta tanto si mira desde la cómoda distancia del narrador omnisciente cualquier cosa sin vida, como una mesa. Pero cuando quiere acercarse, cuando por ejemplo intenta expresar con palabras el leguaje mismo, fracasa estrepitosamente. Como cuando Sillitoe, el escritor de la novela que comentamos, quiere trasladar al lenguaje literario el pensamiento de un adolescente iletrado. Leamos el siguiente fragmento de su novela: Yo no pensaba en nada, como de costumbre, porque nunca pienso cuando estoy ocupado, cuando vacío tuberías, afano sacos, salto cerraduras o levanto pestillos, obligando a mis descarnadas manos y a mis piernas tan flacas a moverse un poco, casi sin notar que mis pulmones tragan el aire y luego lo sueltan, iffff-fuuuu, ni darme cuenta de si tengo la boca cerrada y los dientes apretados, o de si está abierta, si tengo hambre, o me pica la miseria, de si tengo el hocico abierto y suelto tacos y escupo a la niebla de última hora de la noche. Por mucho que el escritor lo intente, no logra convencernos de que su protagonista es un recluso iletrado, cuando se expresa tan bien.

En fin, para acabar este breve comentario, transcribimos el relato de un preso real (un preso que por cierto, con todas sus limitaciones, escribe bastante bien); para que cada cual compare y vea si hay o no hay diferencia entre literatura y vida.

¿Cómo se puede sentir un jodido preso? Digo “Jodido” porque la verdad es que esto es realmente una cabronada de mucho cuidado y no porque te jodan mucho, sino por cómo te joden. Si dijéramos que nos hacen trabajar con un pico y una pala, tenía un pase, porque lo único que oiríamos sería: tin-tan-cham-pum-, pero lo que hay que oír aquí es una verdadera pasada, ni que fuéramos niños del tercer mundo, que nos dicen arroz y nos cagamos de hambre. Lo que más me jode particularmente es que me quieran ofrecer un caramelo, sabiendo que no tengo dientes y la lengua llena de llagas, me gusta más que me digan que me joda por cómo tengo la lengua y la boca. Es que cuando uno se siente con ganas de luchar por lo de uno, le quitan las armas con las que uno lucha y cuando uno no tiene ganas de luchar por nada, te dan una metralleta para que te pegues un tiro y si no la coges te pegan un tiro en los cojones ellos mismos.

Lo que quiero decir con todo esto, es que no es justo que hagas lo que hagas eres peor que lo que ellos cagan y que seas lo que seas, vas a seguir siendo para ellos una mierda. Pero no me preocupa esto para nada, porque al fin y al cabo me puedo valorar yo mismo, lo que ellos no me valoran. Lo que yo recomiendo para salir para adelante es: Una de valor, otra de huevos, otra de buen humor para ganar en este juego.