Richard Collins-Moore, Ana Fernández y Moncho Sánchez-Diezma protagonizan la obra de Antonio Álamo en el Teatro Español |
Mr. Bond. ¿Se le parece o no se le parece?
P. D. Green. Tanto que nadie notará la diferencia. Ni siquiera yo me habría dado cuenta. El parecido es extraordinario, señor…
Rice. Puede llamarme Rice. Rice a secas, señor…
P. D. Green. P. D. Green. (Le ofrece la mano.) Soy el autor de la obra.
Rice. (Aún más cohibido.) Ah.
(Rice estrecha la mando de P. D. Green.)
P. D. Green. Very pleased to meet you.
Rice. Very pleased to meet you, Mr. Green.
P. D. Green. Sit down, please.
Rice. Yes.
(Pausa.)
P. D. Green. Dígame, ¿tiene usted experiencia?
Rice. ¿Quiere decir como actor?
P. D. Green. Claro.
Rice. Pues, sí. He hecho de figurante en…
P. D. Green. ¿Dónde?
Rice. En Covent Garden. En la ópera. He sido arbusto y lancero.
P. D. Green. Very interesting.
Rice. Pero nada más.
P. D. Green. The experience is not very important. Aunque, eso sí, habrá que afeitarle el bigote. ¿Le importa?
Rice. Pero ¿en serio? ¿De verdad me están proponiendo que suplante a Mr. Apple? No sé qué pensar
P. D. Green. Todo el mundo ha querido ser actor alguna vez, ¿no es verdad? Incluso yo. Si no fuera por este maldito talento que tengo para poner una frase después de la otra yo, yo…
Mr. Bond. ¿No le apetece?
Rice. Sí, mucho, pero… Temo no estar a la altura.
P. D. Green. Le garantizo a usted que mide exactamente lo mismo que Mr. Apple (Se ríe de su propio juego de palabras. Le secunda Michael. Poniéndose serio de repente.) Intentaré explicarle el papel en dos palabras. No tenemos mucho tiempo.
Rice. Yo… Yo, es que... No sé si llego a entender bien la trama de la obra, y adem…
P. D. Green. (Le interrumpe.) Mejor. Entender las cosas es más bien una desventaja. Todo lo que tiene que hacer es acostumbrarse a las luces y al público. Cuando lo haga comenzará a divertirse.
Mr. Bond. Ya conoce el primer acto.
Rice. (Le sale del alma.) No me gustó.
P. D. Green. ¿Cómo?
Rice. (Avergonzado.) Quiero decir… El primer acto… Sólo el primer acto… No me gustó.
P. D. Green. Muy bien, muy bien. No se preocupe. A nadie le gusta. Ésa es su función. Lo escribí para que no le gustara a nadie. Así me ponía las cosas más fáciles con el segundo acto.
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