Cinco deseos urgentes para el teatro canario en 2013:
-Que las compañías puedan estrenar con normalidad en todas las Islas.
-Que los autores canarios escriban, escriban y escriban (y, si no es mucho pedir, estrenen).
-Que los espectadores continúen respaldando el teatro hecho en Canarias.
-Que el Teatro Chico reabra sus puertas (y otros espacios tristemente cerrados).
-Y que todos sigamos disfrutando con este maravilloso arte.
¡¡Feliz 2013!!
lunes, 31 de diciembre de 2012
domingo, 23 de diciembre de 2012
miércoles, 19 de diciembre de 2012
Victoria Oramas, premio de teatro Domingo Pérez Minik
Victoria Oramas se inició en la dramaturgia con el proyecto Canarias Escribe Teatro, puesto en marcha por la compañía 2RC. Ella misma nos lo explica: "Ahí
nació mi primera obra: La última inocencia, basada en la vida y obra
de Alejandra Pizarnik, mi escritora, la que me tocó. También di a luz a
otra criatura que terminó representándose como cierre del proyecto junto
a otras piezas: Las sombras del pájaro. He colaborado con el proyecto
Escuela de Espectadores con la obra Insulario, hecha en colaboración
con Miguel Ángel Martínez, y que está rodando por pueblos y teatros.
Estrené en el Teatro Cuyás una adaptación musical de la pieza Amarca,
basada en una leyenda canaria. Nada entre la luna y yo la saqué
del cajón, donde hibernan otras piezas teatrales: La piel del árbol, Ibis, La vida frágil, En los campamentos de Tindouf, Érase una
vez y La sombra de Mary Shelley (recién sacada del horno)."
Es autora además de una novela y varios relatos (en 2006 obtuvo el Premio de
Relato Isaac de Vega por La Perfección, texto del cual también se hizo
una adaptación teatral, y en 2011 recibió un accésit en el Premio
Internacional de Relato Julio Cortázar por el texto Por si
despiertas). Forma parte del proyecto Synch 2.0 del Laboratorio de Creación Contemporánea Fluxart, (que ha estrenado recientemente Ama,
pieza teatral basada en sus textos acompañada de imágenes y música).
Escritora de honda personalidad y vasto universo poético, saludamos este galardón como la puesta de largo de una dramaturga que promete dar grandes momentos al teatro en las Islas. Sólo nos resta añadir que esperamos ver pronto en escena Nada entre la luna y yo, un texto que está pidiendo a gritos subir a las tablas cuanto antes.
lunes, 17 de diciembre de 2012
Galardonados en los Premios Réplica 2012
Foto de familia de los galardonados en los Premios Réplica 2012 (imagen de GranCanariaTv.com) |
Esta es la relación de los galardonados en la cuarta edición de los Premios Réplica del teatro canario, otorgados ayer:
-Mejor espectáculo: "Noche de Bufones", de Reymala Teatro.
-Mejor director: Nacho Cabrera por "Noche de Bufones"
-Mejor actor: Mingo Ruano por "Abre el ojo"
-Mejor actriz: Aranza Coello por "Crisifixion"
-Mejor autor: Antonio Tabares por "La punta del iceberg"
-Mejor vestuario: Lyuba Yanowsky por "Abre el ojo"
-Mejor iluminación: Rafael Morán por "Abre el ojo"
-Mejor escenografía: José Luis Masó por "Abre el ojo"
-Mejor espectáculo infantil: "Las aventuras de Ulises" de Espíritu de Sal
-Réplica de honor: Antonio Lozano.
martes, 4 de diciembre de 2012
Los premios Réplica del teatro canario
El teatro canario prepara la entrega de sus galardones anuales. Los Premios Réplica, que convoca la Asociación de Empresas de Artes Escénicas de Canarias, alcanzan su cuarta edición en un momento de especial dificultad para el sector, pero empeñados en dar a conocer y premiar la labor, cada vez más difícil, de los profesionales de la Danza y el Teatro en el Archipiélago. La gala de entrega será el domingo 16 de diciembre en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria a las 19:00 horas.
El Premio Réplica de Honor, es para Antonio Lozano, fundador y director del Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes y del Festival Internacional de Narración Oral “Cuenta con Agüimes”. Su relación con el teatro en Canarias siempre ha sido muy comprometida llegando a consolidar un festival internacional donde la presencia canaria es constante.
Y estas son las compañías y las obras que optan a los galardones en sus distintas categorías.
El Premio Réplica de Honor, es para Antonio Lozano, fundador y director del Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes y del Festival Internacional de Narración Oral “Cuenta con Agüimes”. Su relación con el teatro en Canarias siempre ha sido muy comprometida llegando a consolidar un festival internacional donde la presencia canaria es constante.
Y estas son las compañías y las obras que optan a los galardones en sus distintas categorías.
2RC Producciones: "Abre el ojo". Candidata al mejor espectáculo, dirección (Rafael Rodríguez), actor (Mingo Ruano), actriz (Nayra Gómez), iluminación (Rafael Morán), escenografía (José Luis Massó) y vestuario (Lyuba Yanowsky).
2RC Producciones: "Se
busca Juan Rana". Mejor espectáculo, dirección (Luis O'Malley), autor
(Maykol Hernández y Luis Hernández) y vestuario (Serventia Estilista).
Burka Teatro: "Crisifixión". Cuenta con ocho nominaciones: mejor espectáculo, dirección (Nacho Almenar),
actriz (Aranza Coello y Laura Marrero), autor (Nacho Almenar y Aranza
Coello), iluminación (Miguel Ferrera), escenografía (Nacho Almenar y
Aranza Coello) y vestuario (Mercedes Bencomo y Aranza Coello).
Delirium Teatro: "La punta del iceberg". Candidata a
mejor espectáculo, dirección (Severiano García), actor (Vicente Ayala),
actriz (Soraya González del Rosario), autor (Antonio Tabares),
iluminación (Grace Morales), escenografía (Severiano García) y vestuario
(Lioba Herrera). De este espectáculo aún no hay vídeo en la red, así
que lo ilustramos con una fotografía del montaje.
Reymala: "Noche de bufones". Encabeza el
ranking de nominaciones a los Réplica con nueve candidaturas: mejor
espectáculo, dirección (Nacho Cabrera), actor (Daniel Tapia y Miguel
Ángel Batista), actriz (Lorena Matute), autor (Daniel Tapia y Miguel
Ángel Batista), escenografía (Clemente Noda), iluminación (Dimas Cedrés)
y vestuario (Margarita Ruesga y Vivián Mussio).
Soluciones
Dramáticas: "Hamlet post scriptum". Tiene tres nominaciones: actor (Javier Cuevas), autor (Roberto
García de Mesa) e iluminación (Carlos Ramos).
En el apartado de mejor espectáculo infantil concurren tres obras: El patito feo en la charca contaminada, de Morfema Teatro, ¿Qué sabes del timple? de Jeito y Las aventuras de Ulises de Espíritus de Sal, que también opta al premio a la mejor escenografía (Elsa Plans).
martes, 27 de noviembre de 2012
El Club de Lectura cumple su primer año

A continuación os dejamos con las conclusiones de la anterior sesión:
"En nuestra última sesión del Club de Lectura nos plateábamos si existe una forma de escribir, también una forma de leer, diferente para hombres y mujeres; a partir de la lectura de dos cuentos, uno de mujer (Un tren a Burdeos, de Duras), otro de hombre (La máquina de follar, de Bukowski). Hubo mucho debate, pero finalmente sí, llegamos a una conclusión: que, al menos en los extremos de un continuo, la literatura escrita por mujeres es más sensual y sutil, mientras que la de hombres tiende a ser explícita y de acción.
Tocamos el tema desde diversos ángulos: Histórico, desde el tiempo en que ni siquiera se planteaba la cuestión por no haber apenas escritoras, pasando por los años sesenta del siglo pasado, cuando desde el pensamiento de izquierdas y feminista se defendía que las diferencias son sólo fruto de una educación diferente, hasta llegar al día de hoy, cuando se está planteando que, por el contrario, la diferencia es “real”: está en nuestros cerebros, que son diferentes según sean de hombre o de mujer. Nos pareció, también, que esto responde al signo de los tiempos: cuando predomina un pensamiento de izquierdas las explicaciones tienden a ser más sociales y culturales; cuando, en cambio, domina la derecha, rebrotan los fundamentalismos biológicos y anatómicos. Desde otro punto de vista, psicológico, observamos que la mujer autómata, que aparece en uno de los cuentos elegidos, es un producto del miedo que sienten los hombres cuando la mujer se vuelve más autónoma (otro ejemplo lo tenemos en el cuento El hombre de la arena, de E. T. A. Hoffmann). Un miedo que, por cierto, parece haberse invertido hoy en día, cuando se quiere poner al hombre en el lugar que antes ocupaba la mujer, viéndolo como una máquina complaciente (como en la película I. A. Inteligencia Artificial, de Spielberg), o un vampiro avergonzado de su propia naturaleza (en la serie Crepúsculo). En fin, para acabar, reconocimos que no sólo la mujer está cambiando en estos tiempos revueltos; también hay hombres que, sin renunciar a lo que son, buscan la igualdad de derechos, que no de naturalezas (lo que es imposible). Buscando una fórmula para acabar con las injusticias de la desigualdad, algunos hombres han encontrado en la ironía la manera de desmontar los tópicos machistas, riéndose de ellos sin caer en la culpa de siempre, que rebaja al que se pone de rodillas, haciéndolo inferior. Por decirlo de una forma simple: todos, hombres y mujeres, fuimos y seguimos siéndolo en gran parte machistas; y la “guerra de los sexos” no es más que una continuación del machismo (que es guerrero por naturaleza). La igualdad no se encuentra en la batalla sino en la retaguardia, en la emoción del desertor, quien, viendo el horror de las guerras inútiles, empieza por llorar de pena para acabar muerto de la risa. Lloramos y reímos a un tiempo, por el absurdo de los numerosos errores de nuestra naturaleza, humana, demasiado humana.
Al terminar, uno de nosotros sugirió una lectura curiosa: de una novela en que es difícil ver si está escrita por un hombre o por una mujer: El club de Gabriel, de Joydeep Roy-Bhattacharya. El mismo contertulio introdujo el tema del siguiente debate: Sobre la autoría. El escritor, ¿se debe más a su obra o a los lectores? Leeremos el cuento Un día perfecto para el pez plátano, de J. D. Salinger, un escritor que tras obtener una grandísimo éxito de público con la novela El guardián entre el centeno, le dio la espalda a ese mismo público que le hizo famoso. ¿Tiene sentido? ¿Es eso lícito? Intentaremos dar respuesta a estas y otras preguntas."
domingo, 18 de noviembre de 2012
"La biblioteca encantada, encantada de conocernos"
"LA BIBLIOTECA ENCANTADA, ENCANTADA DE CONOCERNOS"
Club de Lectura Infantil de la Biblioteca de Los Llanos de Aridane
PERSONAJES
Sofía: Responsable y seria. Pelo largo, delgada, siempre enfadada.
Manuel: Inteligente y blandengue. Cara redonda, pelo negro y con flequillo.
Paolla: Dura. Pelo largo, tatuaje en la pierna, cara de mala.
Alejandro: Inteligente, chiflado por los ordenadores. Gafas de culo de botella, rubio e inteligente.
Lucas: Macarra. Musculoso, pelo marrón, cara de pocos amigos.
Rubén: El demonio. Moreno, pelo corto y pensativo.
Maroa: Pija. Bien vestida, maquillada, rubia, de pelo largo.
María: Artista. Siempre con coleta y súper sincera.
Andry: Funky. Piel morena, pelo negro y muy amiga de sus amigos
Michael: Deportista. Pelo media melena, deportista y una sonrisa preciosa.
Eugenia: Bibliotecaria. Con gafas, coleta e hiperactiva.
LUCES
Siempre enfocando a los niños en la mesa central, a excepción de cuando, en un momento determinado, María se pone a dibujar y Michael interviene en dos ocasiones que está arrinconado en una silla al fondo del escenario.
DECORACIÓN
Estantería con libros, sillas, mesa, una máquina de golosinas, colores, papel, varios móviles.
ACTO ÚNICO
En el centro del escenario: una mesa, una silla, estantería, libros, una máquina de golosinas y un grupo de niños estudiando. En la parte de atrás del escenario: una puerta y un niño lavándose las manos. Se cierra el telón. Se escucha un ruido de llaves. Acto seguido, se abre el tolón y todos se miran entre ellos.
Carla sale corriendo a ver qué ha sido ese ruido.
Sofía: ¿Qué ha pasado? (Se queda pensativa. Escucha un ruido pensando que es Carla.)Manuel: (Dice con voz temblorosa.) Carla, ¿eres tú?
(Un silencio se apodera de la sala.)
Paolla: ¿Quién está ahí?
(En ese momento aparece un niño por la puerta del baño.)
Thais: (Le dice al grupo, bajito.) ¿Ese de ahí quién es?
Alejandro: (Se acerca un poco asustado al niño.) ¿Quién eres? ¿Y qué haces aquí?
El niño: (Responde con aire desafiante.) Mi nombre es Lucas, pero me llaman El Cobra (Y hace una señal con la mano.) Y he venido al baño.
Rubén: ¿Qué ha dicho? ¿El Cabra o El Cobra?
Paolla: Yo creo que El Cabra.
Lucas: El COBRA.
Manuel: Creo que me he hecho pi pi.
Maroa: Hola Cabra.
Alejandro: (A Maroa.) Cobra, que se va a enfadar. Y como mucho el nombre científico: TONTUS COBRUS.
Lucas: ¿Y qué hacen ustedes aquí, chavales?
María: Un trabajo para clase de historia.
(De repente aparece Carla gritando.) Nos han encerrado.
Sofía: Dejémonos de presentaciones y salgamos de aquí.
(Los chicos, desesperados, intentan hablar por el móvil.)
Maroa: Mamá, ¿estás ahí? Me he quedado sin pintalabios. ¿Y entonces? Paolla. (Grita.) ¡Vete al grano! Se escucha un pitito, pi, pi, pi.
Lucas: ¡Niñatos!
Rubén: Oye, tío, no te pases.
Lucas: (Contestándole a Rubén.) ¿Y tú qué decías?
Rubén: Déjanos en paz.
Sofía: (Enfadada, le grita.) ¡Eh, tú! ¿Qué vas a hacer?
Lucas: (Sentándose y cogiendo un libro, grita.) Reírme un rato de ustedes. Hala, pero este libro es de un ratón y está vivo. Lo mataré. (Empieza a golpear el libro, intentando matarlo.)
Manuel: ¿Pero qué haces con el libro, que te lo vas a cargar? ¿No ves que no es un ratón de verdad? ¡Es sólo fantasía!
Lucas: Vale, es verdad. Es mejor no romperlo. Es un ratón periodista y me puede entretener.
Paolla: (Intenta llamar a su madre.) ¡Mamá, estoy...! (La otra persona reponde: "Paolla, estoy en la cárcel".) ¿Otra vez, mamá? ¿Cuántas veces te he dicho que no le pegues a los guardias, mamá? (Paolla se queda pensativa y tira el móvil al suelo enfadada.)
Sofía: ¿Qué os pasa? ¿Es que no queréis salir de aquí?
Andry: (Que está intentando coger una chocolatina de la máquina. Grita.) A mí lo que me pasa es que no me sale la chocolatina de la máquina. (Y le pega una patada.)
Lucas: (Sigue leyendo el libro que tiene en la mano, lo mira y se ríe.) Luego dicen que el macarra soy yo.
Rubén: ¡Así no! ¡Un poco más fuerte! ¡Así! (Y le pega una patada y se abre la máquina completamente.)
Thais: Tenemos comida. Podemos sobrevivir.
Sofía: Tanta chocolatina no es buena para la salud.
Maroa: Ni para el cutis.
Lucas: Ni para el coco.
Manuel: Ni para nada. Salgamos de aquí.
Thais: (Llama a sus padres. "El número 60554532 está apagado o fuera de cobertura".)
(Michael lleva toda la noche entretenido con un libro de historia del deporte y no se ha enterado de nada.)
Sofía: (Le grita.) ¡Eh, tú! ¿Qué? ¿No ayudas?
Michael: Michael Jordan se llama como yo. Perdón, ¿decías algo, Sofía?
Carla: No tenemos otra cosa que hacer. Nos tendremos que quedar aquí hasta mañana.
Manuel: ¿Qué? ¿Yo? ¿Aquí? ¿Sólo en la oscuridad oscura, sin mi estuche y mi calculadora?
Maroa: No puedo dormir sin mi antifaz y sin escribir tres líneas de mi diario.
Andry: Ni yo sin que mi mami me lea mi cuento.
Lucas: ¿Cuál quieres que te lea, princesa?
Alejandro: Jooooooo, ni sin mi supertelevisión de plasma.
Sofía: ¡Qué inmaduros son! Todos necesitáis dormir con un peluche o cuento.
Carla: Ay, la señorita perfecta.
Sofía: ¿No te traes a tu muñequita?
Carla: Para tu información, la tengo en la mochila.
(Lucas sigue partiéndose de risa, intentado saber cuál es el más listo de todos.)
Manuel: Lucas, no te rías, que seguro que duermes con algo ridículo como nosotros.
(Lucas se levanta de repente.)
Lucas: ¿Qué dices?
(Y todos tiemblan.)
Lucas: Yo duermo con mi gatita Arcoiris.
Maroa: ¿Por qué ese nombre?
Lucas: Porque es de todos los colores.
Andry y Thais: ¿Y por qué? ¿No es una gata?
Lucas: Practiqué grafitos con ella.
Andry: (Choca sus manos con él y dice:) Así se hace, colega.
Manuel: Pobre gata.
Alejandro: (El informático del grupo, que estaba jugando con el ordenador.) Digo: voy a mandarle un whatashapp a mi madre; pero sorpresa, chicos, ¿a que no sabéis? Tampoco hay Internet.
Carla: Debió desconcertarlo Eugenia antes de irse.
Alejandro: ¡Pero sin embargo de nosotros sí se olvidó!
María: Señor Cabra, ¿puedo hacer un dibujito, ya que vamos a estar juntos toda la noche?
Sofía: Sólo intentaba entretenerse, déjala en paz.
Carla, María, Sofía y Thais: (Gritan temblorosas.) Sí, señor Cobra, déjenos en paz.
Alejandro: ¡No te metas con ella, niñato!
Maroa: Sí, sí, sí, señor Cabra, usted a sus asuntos. ¿Y cuáles son sus asuntos?
María: Fastidiar a los demás, pero no calientes más el ambiente, que estamos solos ante el rata.
Paolla: (Se empieza a poner nerviosa. Se enfada.) ¡Me cachis! ¿Cuántas veces van ya?
Thais: ¿Qué dices, Paolla?
Paolla: Que cuántas veces han metido a mi madre en el calabozo. Son quince o dieciséis.
Sofía: Paolla, concéntrate en lo que estamos haciendo, luego te encargas de tu madre.
Alejandro: Oiga, señor Cabra, no, perdón, Cobra, quiere usted ver mi e-book. tiene muchas aventuras de Gerónimo Stilton. (Lucas se lo saca de las manos.) Tío Cabra, devuélvemelo.
Lucas: ¡Cógelo si puedes, pringado! (Lo lanza al aire y cae en la mesa de Michael.)
Michael: ¿De dónde ha salido esto?
(María se aparta a una esquina y comienza a dibujar.)
Carla: (Se levanta seria, va derecha a Michael.) Dame eso, que no ayudas en nada.
(Carla le devuelve el e-book a Alejandro.)
Alejandro: Gracias, mercì, thank you, grazie, danke.
Carla: ¿Eh?
Lucas: Jolines. Lo que voy a aprender esta noche. Hasta idiomas. Ni en mis mejores sueños.
Andry: No lo sabes tú bien. (Y choca las manos.)
Maroa: (Hablando con Paolla, se acuerda de las rebajas al ver el periódico.) Chicos, mega oferta en vestidos.
Carla: ¡Pero qué superficiales son!
(María recorta los dibujos y los reparte a todos.)
Lucas: ¿Y esto qué es?
María: ¡Tu gatita Arcoiris! ¿No la necesitabas? Ahí la tienes.
Maroa: ¡Es de papel! ¡Puedo escribir! ¡Qué guay!
María: ¿Contentos?
Paolla: Contentísimos: sin cenar, sin televisión, sin mis padres...
Maroa: Sin mi antifaz, sin mis rulos...
María: ¡Sin mis lienzos! Los quiero. Los necesito.
Lucas: (Gritando.) ¿Os habéis escuchado? Quiero. Necesito. ¿Y yo qué? ¿Quién soy?
Thais: (A Rubén.) El macarra de turno.
Lucas: ¿Y tú de qué me conoces? Ni siquiera me han hecho caso alguno.
Alejandro: ¿Nosotros egoístas? Pero si tú eres el que está habalndo de ti TONTUS COBRUS.
Andry: ¡Quiero más chocolatinas!
Lucas: ¡Más! ¡Más! ¡Más! ¡Si te has atiborrado! ¡Y Carlita sólo piensa en ser valiente y está muerta de miedo!
Maroa: (A Thais.) ¡Mi cara tiene que estar más brillante que una farola!
Lucas: (Repite.) ¡Mi cara tiene que estar más brillante que una farola! ¿Y tus oídos? ¿Qué te pasa? ¿No escuchas, niñita?
Maroa: Yo sí escucho, pero sólo lo que me interesa.
Lucas: Ése es tu problema y el del resto de la sociedad. Manuel, Maroa, Andry, Alejandro, Rubén, Thais, Michael, el eterno bello durmiente, y Carla y Sofía las duquesitas. Y Paolla tan macarra como yo. ¿Quieren escuchar una historia y no es de Jerónimo Stilton ni de Blancanieves? No todas las historias están llenas de arco iris, príncipes y princesas. Escuchen: Lucas Gómez, nacido en El Polvorín, sin amigos de confianza, mi padre en paro y mi madre alcohólica, y ustedes se quejan de quedarse en esta biblioteca rodeados de libros.
(Un silencio se apodera de la sala.)
Alejandro: ¿Y por qué no
lo dijiste antes?
Andry: ¡Lo siento, tío, hemos
sido unos egoístas!
Thais: (Con los ojos
tristes lo mira y dice:) Lo siento Lucas. Tendríamos que haber sido más amables
contigo.
Rubén: Al fin y al cabo,
todos somos niños y tenemos sentimientos.
Andry y todos: (Dicen lo
mismo, excepto Maroa.) Nuestra infancia tampoco ha sido fácil.
Maroa: La mía sí que ha
sido fácil.
Michael: Y la mía
también.
(Comienza una charla
entre todos sobre su vida, sus gustos, sus libros, etc. Al final todos tenían
en común la lectura y que eran niños. Ruido de llaves. Eugenia entra. Mira la
mesa y los ve charlando.)
Lucas: (Hace un gesto de
silencio.) Ni una palabra de mi vida. Sigo siendo macarra, El Cobra. Que está
en juego mi reputación.
Rubén: Tranqui, colega,
ni una palabra.
Todos: (Menos Maroa.)
Perfectamente.
Maroa: ¡Cómo se te ocurre
dejarme aquí! ¡Perdiéndome las rebajas!
Lucas: Hasta luego peña.
Maroa: (Sale corriendo y
le da un trozo de papel.) Mi móvil está apuntado aquí. Llámame y tomaremos
algo.
María: (A Lucas.) ¡El
lunes aquí todos!
Lucas: Yo me abro.
Eugenia: ¿Qué ha pasado?
Thais y Manuel: (Al mismo
tiempo.) Que nos abrimos.
María: (Vuelve a entrar y
dice.) Eugenia, ¡tú no has visto nada!
Alejandro: ¡Hala! Si
tenía un móvil con conexión a Internet.
Todos: Lo matamos. (Y
salen corriendo detrás de Alejandro.)
Alejandro: ¡Chicos, no
utilicen la violencia!
Rubén y Manuel: (Gritan.)
¡A dar mamporros!
FIN
Club de Lectura de la Biblioteca Municipal
de Los Llanos de Aridane (formado por Andry Vivero Saucedo, Carla Rodríguez
Acosta, Maroa Arteaga Cáceres, María Sánchez García, Paolla Silva de Meneses,
Thais Martín Racinero, Manuel Díaz Echevarría, Alejandro de Paz Acosta, Rubén
Gómez Hernández, Sofía Lavers Tejedor y Michael González Boncompte y coordinado
por Eugenia Cabrera Reyes. Dibujos de Manuel Díaz Echevarría.)
Primer Premio en la Categoría Infantil
29 Premio de Obras de
Teatro escritas por Niños y Jóvenes
miércoles, 14 de noviembre de 2012
"La casa rural", de Adrián Martín Gutiérrez
LA CASA RURAL
(Un inglés llega a una casa rural de la isla de La Palma, llamada Villa
Orquídea. El inglés es joven y guapo. Su nombre es Maximilian.)
Cecilia: ¿Le ayudo en algo, señor?
Maximilian: What's?
Cecilia: ¡Aaaaah, vale, tú eres de fuera!
¿Pero de dónde?
Maximilian: I don’t speak Spanish! (Saca un diccionario y busca palabras. Con
acento inglés.) Yo hablar inglés. No español.
Cecilia: No. Eso es mentira. Acabas
de hablar español.
Maximilian: (Se da un golpe en la cabeza. Vuelve a coger el diccionario y a buscar
palabras.) Yo reservar en… habitación aquí.
Cecilia: Dígame su nombre.
Maximilian: (Vuelve a buscar en el diccionario.) Mi nombre es Maximilian. Max
para abreviar.
Cecilia: Yo me llamo Cecilia. Ceci
para las amigas (Max mira a Cecilia con
cara de asesino). Vale, vale. Ahora busco la llave. (Le da la llave.) La sexta a la izquierda.
Maximilian: The Spanish are…! (Se va.)
(Entran dos mujeres y un hombre en la sala con pinta de limpadores.)
Sara: Oye, Ceci, ¿eso era un
cliente?
(El hombre limpia.)
Cecilia: Yes.
Sara: ¡Y estabas ligando con él!
Eres más lista que yo.
Cecilia: Eso no es verdad. El hombre
es guapísimo… ¡pero es inglés y no me entero de lo que dice!
Nieves: Yo te puedo ayudar. Sabes
que era maestra y fui a Inglaterra. Así que te enseñaré inglés.
Sara: Pero si tú nunca… (Nieves le da un codazo y se calla.)
Nieves: (Se la lleva aparte y le habla en el oído.) Calla, que así la
despisto para que luego el inglés sea mi novio.
Sara: ¿Y si es feo?
Nieves: Entonces se lo dejo todo
para ella. (Vuelven al lado de Cecilia.)
(Entra Maximilian y se sienta en un sillón. Saca un libro que empieza a
leer.)
Sara: ¡No puede ser! Ése es
Maximilian. Escóndeme antes de que me vea. (Se
esconde detrás del mostrador.)
Cecilia: ¡Es Max, para abreviar,
enterada! Y oye, ¿por qué te escondes?
(Sara saca media cabeza para responder.)
Sara: Es que estuvimos saliendo
durante un tiempo y era muy pesado. Que si haga esto. Que si haga lo otro.
¡Vamos, que no era mi tipo!
Nieves: ¿Cómo lo conociste?
Sara: Lo conocí en un viaje de
estudios a Londres. Cuando yo era joven.
Cecilia: ¿Y cuántos años tenías?
Sara: Tenía 23 años.
Cecilia: ¿Y cómo es que estudiabas
en ese momento?
Nieves: ¿Sabes hablar inglés?
Sara: ¡Basta ya de preguntas! Si
queréis saberlas, vámonos de aquí y les cuento toda la historia, ¿vale?
Nieves: Vale. ¡Pero vámonos ya!
(Salen las tres de la sala. El chico se queda mirando a Max y se sorprende. Va al mostrador pensando que las mujeres están allí.)
(Salen las tres de la sala. El chico se queda mirando a Max y se sorprende. Va al mostrador pensando que las mujeres están allí.)
Javier: Uy, chicas, ¿habéis visto a
ese chico? Es tan guapo. (Hablando con
voz afeminada.) ¿Pero ustedes lo conocen? ¿Cómo se llama? ¡Yo me lo pido! (Hay un silencio.) Eh, chicas, ¿ahora
están enfadadas conmigo? ¡Ya no me hacéis caso, pues me voy que limpie otro! (Se va.)
(Entran dos tipos con pinta de albañiles.)
Pedro: (Susurrando.) Eh, Juan, ese tiene que ser el jefe de la casa rural.
Juan: Claro, Pedro, a veces me parece
que no eres completo.
(Se acercan a Max).
Pedro: Venimos a poner la puerta que
pidió.
Juan: Eso, venimos a la puerta.
(Max pasa de ellos).
Pedro: ¿Qué puerta?
Juan: ¡Ay! Se nos olvidó la puerta.
Vamos a buscarla.
Pedro: ¿Vamos a buscar qué?
Juan: No sé. Vamos a la camioneta a
ver si me acuerdo.
(Salen los dos y Max sigue concentrado en su lectura. Entra una persona con
pinta de rico.)
Ricardo: Eh, ¿quién es usted y qué
hace en mi casa?
(Le da con su bastón en la cabeza.)
Maximilian: Sorry, sorry.
Maximilian: My name is Maximilian.
Ricardo: Sí y yo me llamo Ricardo y
ahora por eso somos todos conocidos.
Maximilian: Ricardo.
Ricardo: Sí. Ése soy yo.
Maximilian: What?
Maximilian: What?
Ricardo: No. Aquí no tenemos ni
gota, ni gata. Oye, ya que somos conocidos, vamos a la casa de Camilo.
Maximilian: No.
Ricardo: Claro que sí vamos a ir,
porque esta es mi casa y si no, te echo.
Maximilian: But, who
is Camilo?
Ricardo: ¿Pero qué camino? He dicho
Camilo
Maximilian: Camilo.
Ricardo: Y dale con camino. Bueno,
da igual. Vamos a buscarle.
(Max y Ricardo se van. Al momento entran Cecilia y Sara.)
Cecilia: (Lleva un vestido.) Bueno, ¿qué te parezco? ¿Estoy guapa?
Sara: Oye Nieves, ven para decidir
si Cecilia está guapa o no.
(Entra Nieves con el mismo vestido que Cecilia.)
Nieves: ¡Madre mía! ¡Qué espanto,
chica! Se ve que ese vestido no te favorece nada. Pero a mí me queda súper
bien, como a… una duquesa.
Cecilia: Sí, como a la duquesa de
Alba.
(Sara
y Cecilia se empiezan a reír.)
Nieves: Ja, ja, ja. Me parto con
ustedes. (Con tono de burla.) Yo seré
la duquesa de Alba, pero tú eres como Belén Esteban. Sólo te falta que te
retoquen la nariz. Espera, la tuya ya es fea.
(Nieves se ríe sola.)
Sara: Nieves, no te ofendas, pero
ese hombre es demasiado joven para ti. Además, a mi me pegas más con Camilo.
Nieves: Con ese no comparto ni el
agua.
Cecilia: Ah, pues te aguantes. Yo me
lo pedí primero.
(Entra Javier en la sala.)
Javier: Eso es mentira. Yo me lo
pedí primero.
Cecilia, Nieves y Sara:
¿Quéééééééééééé?
Javier: Sí, soy gay. Y no me importa
porque cuando lo vi…
Sara: (Lo interrumpe.) No, si ya sabíamos que eras gay. Pero lo que no
nos esperábamos es que te gustara uno de tu mismo sexo.
Cecilia: Pero de todas maneras es
mentira, porque yo lo dije primero.
Javier: Pero tú no dijiste: “me lo
pido”, ¿verdad?
Cecilia: Sí, pero yo di a entender
que era para mí.
Nieves: Pues ahora para ninguno de
ustedes, que era para mí.
Sara: Paren de pelearse. No sería
mejor hacer un concurso para saber quién le gusta más.
Javier: Buena idea. Lo voy a buscar
para enarmorarlo.
(Javier se va de la sala.)
Nieves: No si lo puedo evitar.
(Nieves se marcha.)
Cecilia: No vale. Habéis salido sin
avisar.
(Cecilia se marcha.)
Sara: Yo espero que Max no siga
enamorado de mí. Es que soy tan guapa…
(Entra una mujer con pinta de rica.)
Rosa: Sara, ¿qué pasa? ¿Qué tal
estás? Eso de limpiar se te da bien, oye. Por cierto, ¿has visto a mi marido
Ricardo?
Sara: No. Hace tiempo que no lo veo.
Rosa: Es que no está y le tengo que
dar sus aparatos nuevos de las orejas.
Sara: Bueno, tal vez fue a ver a su
amigo Camilo.
Rosa: Tienes razón. Lo iré a buscar
a casa de Camilo. Muchas gracias. Te acabas de ganar que te suba el sueldo.
(Rosa se marcha y entran los albañiles, mientras Sara sigue limpiando.)
Sara: ¿Qué queréis?
Pedro. Venimos a traerle la puerta.
Juan: Esta vez me tocaba decirlo a
mí.
Pedro: Mentira.
Juan: Verdad.
Sara: ¿Pero dónde está la puerta?
Pedro: ¿Qué puerta?
Sara: ¡La que tenían que poner!
Juan: ¡Es verdad! Me suena algo de
una puerta, pero, ¿de qué me suena?
Pedro: No lo sé, pero a mí también
me suena.
Juan: Bueno, da igual. Ya nos vamos.
Adiós.
Pedro: Que me tocaba a mí
despedirme.
Juan: Mentira.
Pedro: Verdad.
(Y se van.)
Sara: Adiós.
(De repente entran Ricardo y Max en la sala.)
Maximilian: ¡Sara! ¿Qué haces tú
aquí?
Sara: (Con voz nerviosa.) Nada. Trabajo aquí.
Maximilian: (Con acento inglés.) ¿Por qué me dejaste por esta vida?
Sara: ¡No lo sé! Y es que ahora que
te veo tan cambiado…
Ricardo: Espera, espera, espera. ¿Tú
no hablabas inglés?
Maximilian: Sí, pero es que quería
pasar desapercibido. Estoy buscando a mi padre. Trabajó con mi madre y no le
dijo que estaba casado. Cuando se fue le dejó una nota diciéndole que estaba en
La Palma, en
una casa rural llamada Villa Orquídea. Por eso estoy aquí. Buscando a mi padre,
pero no sé quién podrá ser. Bueno, si me permitís, me voy a sentar a leer un
rato. Si quieres venir conmigo, Sara.
Sara: No gracias. Tengo que hablar
con Ricardo.
Ricardo: (Habla con Sara susurrando mientras Max se sienta en el sillón.)
¡Ni se te ocurra decirle que soy su padre, que me la cargo!
Sara: (Con cara de asustada.) ¿Y cómo la conociste?
Ricardo: Fue hace 25 años. Yo tenía
40 años y me fui de viaje de empresas a Londres. Entonces la conocí. La
nombraron mi secretaria y una noche se quedó embarazada. Al día siguiente volví
a España. Le dejé una nota por si algún día me quería conocer. No he sabido
nada más de ella hasta hoy.
Sara: ¿Pero cómo le pudiste hacer
eso a tu mujer? Tranquilo, no diré nada, pero el problema es que Max le diga
alto a tu mujer.
Ricardo: No lo creo. ¿No ves que es
bobo? Cómo se nota que no salió a mí.
(Al momento entran Nieves, Cecilia y Javier. Los tres visten la misma
ropa).
Javier: ¡Ahí está! Vamos a ver quién
le gusta más.
Nieves: Primero yo.
(Se acerca a Max mientras Sara y Ricardo miran.)
Sara: Espera. Vamos a
apartarnos de aqui para que veas una cosa.
Ricardo: ¿Qué
cosa?
Sara: Que a los tres les gusta Max y
los va a rechazar a los tres, porque está claro que le gusto yo, ¿verdad?
Ricardo: Sí, sí, sí. Está clarísimo.
¿Pero qué hace Javier ahí?
Sara: Nada. Que es gay. Y mira tú
por dónde a los gays les gustan los de su mismo sexo. Calla que ya empieza.
Nieves: Hola guapo. Tengo una cosa
para ti.
Maximilian: Yo tengo otra cosa. Está
en mi cuarto.
Nieves: ¿Qué cosa?
Maximilian: Que hay un montón de
ropa sucia y me la vas a ir a lavar.
(Nieves vuelve al lado de Javier y Cecilia.)
Nieves: (Enamorada.) Es muy guapo. (Enfadada.)
¡Pero es muy maleducado! (Decepcionada.)
Te toca a ti, Javier.
Javier: Vamos allá. (Se acerca a Max.) Hola, yo soy Javier.
¿Y tú cómo te llamas?
Maximilian: Pues sí. Que vayas a mi
cuarto y lo friegues. Es que se me cayó el zumo…
(Javier vuelve al lado de Cecilia y Nieves.)
Sara: (Al oído de Ricardo, susurrando.) Están haciendo más el tonto.
¡Cómo se nota que sigue enamorado de mí!
Ricardo: Sí, sí. Verdad.
Javier: No sé cómo me pudo gustar.
Me da un escalofrío. Te toca Ceci.
(Cecilia se acerca a Max.)
Cecilia: Oye, Max, que me gustas
mucho.
Maximilian: Tú también me gustas
mucho porque sé que me vas a traer una buena tacita de té.
(Al momento entra Rosa, mientras Cecilia, Javier y Nieves hacen que
hablan.)
Rosa: Ricardo, al fin te encuentro.
Te quería dar tus aparatos de las orejas nuevos. (Ricardo empieza a ponerse los aparatos. Rosa se dirige a Max.) Oye,
¿quién eres tú? Esta casa rural es mía y me gustaría saber quién viene a
quedarse aquí.
Sara: Oh, oh. Aquí se va a montar
una buena. Ricardo, nos deberíamos ir.
Ricardo: Espera que me ponga los…
Rosa: Claro que soy la dueña.
Maximilian: ¿Y quién es tu marido?
Sara: Oye Ricardo, vámonos ya.
Ricardo: ¿Por qué tienes tantas
ganas de que nos vayamos?
Sara: Por eso.
Rosa: Mi marido es Ricardo. El que
se está poniendo los aparatos.
Rosa: ¿Tu padre? ¡Ricardo!
¡Explícame esto ya mismo! ¿Éste es tu hijo? ¡Me pusiste los cuernos!
Ricardo: Sí, pero eso fue hace
mucho.
Rosa: ¿Cómo pude ser tan idiota y no
ver que cuando venías de viaje de empresa me estabas poniendo los cuernos? Lo
único que espero es que éste sea el último.
Ricardo: Pues…
Rosa: ¡Yo te mato!
(Ricardo se esconde detrás del sillón mientras Rosa le tira cosas.)
Javier: Oye, chicas, ¡nos perdemos
la pelea!
Nieves: ¡Es verdad!
Maximilian: Yo mejor me voy de
España. Me da que la he cagado. Pero antes, Sara ¿quieres venir conmigo a
Londres?
Sara: Claro que sí Max. ¡Sigo
enamorada de ti!
(Max y Sara se van.)
Javier: ¿Quééééééééé? ¡Tú no estabas
en el concurso así que vuelve!
(Se va Javier.)
Cecilia: Y decía que no era su tipo,
la muy…
(Se va Cecilia)
Nieves: ¡Vuelve aquí, ladrona de
novios!
(Se va Nieves.)
Ricardo: ¡Esperadme! Yo no me quiero
quedar aquí. Llévenme con ustedes
(Se va Ricardo.)
Rosa: ¡Yo también te los había
puesto, así que vete, que me casaré con Camilo y punto!
(Rosa se sienta y entran los dos albañiles.)
Pedro: Señora, venimos por lo de la
puerta.
Juan: Eso, por lo de la puerta.
Rosa: ¿Y dónde tenéis la puerta?
Juan y Pedro: ¡No la tenemos!
(Y se van.)
Rosa: ¡Esperad, que la puerta ya
está pagada!
(Rosa se va.)
FIN
Adrián Martín Gutiérrez, 14 años.
Primer Premio Categoría Juvenil
29 Premio de Obras de Teatro Escritas por Niños y Jóvenes
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