Simón Alonso. (Sólo en escena; monólogo del resentimiento.) ¿Qué otro remedio me queda que tomar rumbo como un huido? No quiero sustituir a un señorito y dejar la piel en un cementerio extraño. Ése no puede ser el destino del burro de carga de don Matías. ¿Qué me importan esas extrañas deudas de mi padre? ¿Por qué estoy obligado a sustituir a su hijo? (Soñando.) ¿Quién me dice que no puedo ahorrar más allá del Océano y regresar convertido en indiano? ¿Acaso no puedo amasar una buena fortuna y venir con un sombrero de jipijape de cuatro dedos de alas, leontinas, monederos de malla plateados y con una ramita de albeaca para ir regando olor por el pueblo?
Voy a buscar esa plata
y botar las alpargatas
venir con buenas corbatas
y reír de los que dan lata.
Amigos voy pa' la Bana
eso es lo que yo quiero
pa' que digan las muchachas
ahí viene un indiano nuevo.
(Reflexivo.) ¿Por que odiará tanto a esos hombres? ¿Por qué tanto empeño en que no firmemos la contrata? ¿Porque a ella le fuera mal, nos tiene que pasar lo mismo a nosotros?
Vieja Gabriela. (Ha estado observando a Simón Alonso, se acerca confiada.) Simón Alonso, esta mujer que te vio nacer no quiere hacerte ningún mal. Muchos años he vivido, quizá más de la cuenta. Mis ojos vieron muchas calamidades desde aquel fatídico día en que me embarqué buscando un bienestar que nunca encontré.
Simón Alonso. Porque a usted no le fue bien, no quiere decir que a los demás nos va a pasar lo mismo. Además, prefiero mil veces una contrata de ésas a servir por otro.
Vieja Gabriela. Fuimos ilusionados por las promesas de un gancho como ése. Nadie nos advirtió. Ni siquiera los que ya habían pasado por esa calamidad. Nos ocultaron la verdad para tapar sus propias vergüenzas. [...] Simón Alonso cuídate de abandonar la tierra donde nacieras. Cuídate de caer en una trampa sin salida.
Simón Alonso. No puedo hacer otra cosa. Si continúo aquí entonces voy a estar entrampado.
Vieja Gabriela. Lloro pensando en el porvenir que te espera. Lloro con amargura cuando veo alejarse tantos buques abarrotados de muchachos como tú. Lloro al recordar, Simón Alonso. Lloro al recordar.
Cirilo Leal
El Indiano
CCPC, 1999
Los Indianos, obra de obra de Juan Bautista Fierro Van de Walle (1911) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario