martes, 3 de julio de 2012

Nuevo encuentro del Club de Lectura

Nuestros amigos del Club de Lectura vuelven a encontrarse el miércoles 11 a las 20.00 h. en la Biblioteca, en esta ocasión para debatir en torno al cuento La soledad del corredor de fondo de Alan Sillitoe. La presentación correrá a cargo de Jorge Plaja Rustein y en esta ocasión nos sugieren también la película del mismo título dirigida por Tony Richardson, puesto que analizarán la relación entre el lenguaje literario y el cinematográfico. Como saben, el club es abierto a cualquiera que tenga interés en la literartura así que anímense.

Y por lo pronto, aquí les dejamos con la presentación del anterior encuentro, realizada por Pamen Cabrera Monzón en torno a La monarquía de Quim Monzó.


Érase una vez... o Hace mucho, mucho tiempo... así es como suelen comenzar los cuentos, pero es posible que ni sean cuentos, ni haga tanto tiempo que ocurrió, ni haya sido tan lejos.
Son la recopilación de un inmenso número de narraciones orales de distintos países y que actualmente consideramos son para niños. Pero sólo con escarbar un poquito descubrimos realidades del todo actuales, lo absurdo y los lugares comunes de los sentimientos románticos y también del erotismo de cualquier sociedad.
Del cuento de Cenicienta, se ha recogido 345 versiones en Oriente y Occidente, prácticamente no hay un pueblo que no tenga la suya. Lo que atestigua el profundo interés por este personaje, prototipo de las virtudes domésticas (según Felicidad Orgin): Paciencia, humildad y masoquismo.
La paciencia y la humildad, no son virtudes domésticas, sino universales.
Con respecto, al masoquismo, habría que señalar que cenicienta, no eligió vivir entre cenizas, sino que se ve obligada a ello.
La sumisión que se espera de la “Perfecta Dama”, la lleva a aceptar una situación impuesta socialmente, y lejos de revelarse e intentar cambiarla, se refugia en una “bondad” algo trasnochada, esperando al caballero de brillante armadura que solucione todos sus percances, ya que merece una vida perfecta, por ser un dechado de virtudes.
Su existencia transcurre rodeada de símbolos, los árboles (como la vida, el crecimiento personal y emocional), los pájaros, peces y animalillos salvajes (como la búsqueda de la libertad, de ayuda y justicia) la fraterna rivalidad con su madrastra y la dualidad entre el bien y el mal, entre lo bello y la fealdad que se refleja en su relación con las hermanastras.
El zapato, es el punto de inflexión en los 345 relatos. Viene de la primera cenicienta, la china Yeh Shen, quien como regalo recibe unos de oro macizo que un pez mágico le regala. La obsesión de la mujer china por los pies pequeños, las llevaba a la tortura para conseguirlos. Quizás de ahí venga lo de que para presumir hay que sufrir.
El fetichismo que este objeto manifiesta, quizás sea un intento por diferenciar a las niñas de las mujeres como seres sexuados ya que hablar abiertamente de los “cambios” físicos que nos transforman es demasiado obvio.
Los zapatos llegan a ser un objeto de veneración, en las mujeres por la seguridad y sensualidad que nos aporta, y posiblemente, esto mismo, el reflejo de una mujer segura, sensual y dispuesta sea lo que vean los hombres.
Resumiendo, Cenicienta es la búsqueda de un gran amor a partir de un pequeño rastro y del empeño sin límites de un príncipe por encontrar a su princesa. A su media naranja, a esa persona que te completa y con la que quieres llegar hasta el final... al fuero felices y comieron perdices.
Pero la realidad, hoy, ayer y siempre... es que no es así.
Quizás, todo sea igual de sencillo o complicado que conseguir que un pez, un hada madrina o el fantasma de una madre, nos regalen unos zapatos que nos hagan sentir por unos momentos que somos el centro del mundo. Por que no siempre, ganan los buenos. Por que la bondad y la virtud, se desprestigian y confunden con la sumisión y la ñoñería. Por que, la suerte de la fea, la guapa la desea... y sobre todo, porque la traición y el engaño pueden compartir techo, mantel y cama.
Aún así, que hay de malo en soñar con el caballero de brillante armadura o con la princesa de boquita de fresa, con esa persona cuya sola presencia mitigue todos los males del mundo.... sólo hay que recordar que el palacio está hipotecado, el caballo blanco, era alquilado. Y el príncipe azul, con el tiempo, destiñe. Nada es para siempre, ni perfecto... ni siquiera en los cuentos de Hadas.

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