miércoles, 24 de agosto de 2011

Una escena de "El gran Traje"

Escena séptima: La Familia, La vida

(A través del cuello del Gran Traje han salido los padres de Niña Pequeña. La Mujer del Traje aparece por detrás entre ellos y los rodea con sus brazos.)

Mis padres me enseñaron muchas historias. A mí me gustaba sentarme entre ellos y escucharles y tenerles así tan cerquita, y abrazarlos. En esos momentos me sentía la persona más feliz del mundo y sabía que nada podía sucedernos. Podíamos pasarnos horas y horas de esta manera. Hablábamos de todo: de las nubes, del sonido del corazón, del colegio, del porqué me crecían rápidamente las uñas de los pies, del horizonte que nunca se alcanza... de todo.

(Ahora la Mujer del Traje agarra una de las mangas y se pone a un lado, y comienza a caminar, pero sin desplazarse apenas. Anda como si la llevaran de paseo, señalando, saltando... poco a poco el traje va girando sobre su eje y va a apareciendo la parte de atrás. Este momento es aprovechado para colocar muchas flores en todos los bolsillos, así cuando vuelva a darse la vuelta, el traje parecerá un jardín colgante.)

En cuanto empezábamos a oler el aire de la primavera, nos alegrábamos mucho, muchísimo, porque sabíamos que el frío se había ido con el invierno y que el calor, y las mariposas, y el calor y las moscas y la hierba y los olores los colores, los pájaros, el calor y sobre todo ¡las flores! Todo, todo se sacudía el frío de la cabeza y de los pies y salía a la calle a respirar el aire nuevo de la primavera. Toda la familia se ponía en marcha porque empezaba nuestro trabajo. Nos dedicábamos a recolectar y a plantar las flores más olorosas y de colores más hermosos. Muchas veces íbamos a países lejanos para encontrar la flor más azul, o la más grande. En esa época, el traje se llenaba de semillas que poco a poco iban creciendo y nuestra casa se transformaba en un jardín lleno de plantas y flores de todos los colores y tamaños.

(El traje se vuelve y está todo plagado de flores.)

Entonces íbamos al mercado y las vendíamos, o las regalábamos, o las cambiábamos por miel, o arroz, o zapatos... En esa época llenábamos la despensa, para tener comida durante todo el invierno, como las hormigas.

El Gran Traje
Julia Ruiz Carazo
ASSITEJ-España, 2003

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