PEPE. Ja, ja, ja.
JUAN. ¿Qué pasa, Pepe?
PEPE. He tenido una estupenda idea.
JUAN. ¿Cuál?
PEPE. He tenido la gran idea de robar un banco.
JUAN. ¿Cómo? Estás loco, Pepe. Si te cogen son más de treinta años de prisión.
PEPE. Mañana por la mañana, iré al banco.
JUAN. (Pensando.) ¿Se lo tendré que decir a la policía? Sí, será por su bien. Iré a decírselo ahora.
PEPE. ¿Adónde vas, Juan?
JUAN. (Caminando hacia la jefatura.) Nada. A dar una vuelta para pensármelo.
(Ya en la jefatura, le dijo a un policía.)
JUAN. Oye, señor agente, mi amigo Pepe se ha vuelto loco. Mañana por la mañana va a robar un banco.
POLICÍA 1. (Sorprendido.) ¡Cómo! ¿Un banco?
POLICÍA 2. ¿Qué ocurre?
POLICÍA 1. Que este señor dice que uno de sus amigos, mañana por la mañana va a robar un banco.
POLICÍA 2. ¿Cómo? Tengo que avisar al jefe.
(Pasó la noche y se hizo el día. Todos los policías ocupaban los bancos de la ciudad. Juan estaba con los policías esperando cuando, de repente…)
JUAN. (Señalando.) Mirad, es él.
POLICÍA 2. Mirad esa mujer que va pegada a él. Seguro que es un rehén.
POLICÍA 1. Juan, ¿tú sabes si él conoce a esa señora?
JUAN. No. Estoy muy seguro que no.
POLICÍA 2. Pues entonces es un rehén. Esténse alerta. Tiene un rehén.
POLICÍA 1. ¡Cuidado!
POLICÍA 2. ¿Qué quieres? ¿Qué pasa?
POLICÍA 1. Mírenle la mano. Seguro que tiene un arma. ¡Le está apuntando con un arma! ¡Deténganlo!
(Todos los policías le apuntan.)
POLICÍAS. ¡Quieto!
POLICÍA 2. Suelta el arma. Quedas detenido.
POLICÍA 1. Todo lo que digas será utilizado en el juzgado en tu contra, etc.
PEPE. Pero… yo no he hecho nada.
POLICÍA JEFE. Con que nada. ¿No ibas a robar ese banco?
(Mientras Juan salía del coche de policía, le dijo)
JUAN. Es verdad, Pepe. Me dijiste que ibas a robar ese banco.
PEPE. Pero yo me refería a robar el banco del videojuego con el cochito.
POLICÍA JEFE. Y ¿no estabas apuntando a esa mujer con algo?
PEPE. No. A esa mujer la conocí ayer.
POLICÍA JEFE. Y ¿qué estabas haciendo con esa mano ahí, detrás de su espalda?
PEPE. ¿Qué crees que hace alguien cuando conoce a alguna mujer soltera?
(Todos los que había a su alrededor se rieron.)
TODOS. Ja, ja, ja…
FIN
Este texto apareció publicado en la citada edición del premio de 1992. El niño Wesley León Martín Rodríguez fue galardonado en la categoría de 8 a 11 años (entonces había cinco categorías). Pese a su aparente inocencia, la obrita contiene muchos elementos que invitan a la puesta en escena. Uno no puede dejar de imaginársela representada por los propios niños, ¿verdad?
Pero mira tu con lo que me tropiezo, soy Wesley 20 años después.
ResponderEliminarLo que son las cosas, nunca pese que me haría con el 1º premio, pero fué asi jejeje.
Espero que les guste
Hola Wesley, nos alegra que hayas dado en nuestro blog con tu obra, que por supuesto nos sigue gustando mucho aunque haya pasado tanto tiempo. Si te apetece, pásate un jueves por la biblioteca: estaremos encantados de saludarte.
ResponderEliminarhahaha esta muy larga
ResponderEliminariiiiisisssiisisisisisisi(y)
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